Ayudada por la marea alta, una flotilla de remolcadores logró arrancar la proa bulbosa del Ever Given del tamaño de un rascacielos de la orilla arenosa del canal, donde había estado firmemente alojado desde el martes pasado.
La obstrucción ha creado un atasco de tráfico masivo, reteniendo 9 mil millones de dólares cada día en el comercio mundial y presionando las cadenas de suministro ya agobiadas por la pandemia de coronavirus. No estaba claro cuándo volvería a la normalidad el tráfico a través del Canal de Suez. Al menos 367 embarcaciones, que transportan de todo, desde petróleo crudo hasta ganado, se han amontonado en ambos extremos del canal, esperando pasar.
La firma de datos Refinitiv estimó que podría llevar más de 10 días eliminar la acumulación de barcos. Mientras tanto, decenas de embarcaciones han optado por la ruta alternativa alrededor del Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África: un desvío de 5 mil kilómetros que añade unas dos semanas a los viajes y cuesta a los barcos cientos de miles de dólares en combustible y otros costos.