A un año de la primera muerte por COVID-19, se desconoce el número de menores que quedaron huérfanos; sin embargo, se estima que el 42% de los más de 195,000 fallecidos eran jefes de familia.
Hasta hace unos meses Toño, de 14 años, vivía con sus dos hermanos y su madre en la colonia Xalpa, en la alcaldía Iztapalapa; sin embargo, un día su madre y única cabeza de esa familia enfermó y días después falleció. Aunque no tuvieron un diagnóstico que confirmara que el deceso fuera causado por COVID-19, su mamá, Tania Martínez, presentó todos los síntomas de la enfermedad, como problemas para respirar y fiebre.
Ahora, Toño y sus hermanos son parte de los huérfanos que ha dejado el primer año de la pandemia de coronavirus en México.
De acuerdo con registros del Gobienro de la CDMX, en la capital del país han fallecido 37,851 personas y se tiene detectado que al menos 3,101 menores perdieron a uno de sus padres, según en el Sistema para el Desarrollo Integral para la Familia de la Ciudad de México (DIF). A nivel nacional se desconoce el dato exacto de cuántos niños huérfanos ha dejado la pandemia, pero se estima que el 42% de quienes perdieron la vida –de los 195,908, mencionados, es decir unas 81,000 personas– eran jefes de familia.